Los elevadores de carga son un sistema de transporte vertical diseñado para desplazar tanto personas como objetos, especialmente aquellos de gran tamaño y peso, entre los distintos niveles de un edificio o estructura. Estos elevadores de carga están disponibles con capacidades de carga que van desde 100 kilogramos hasta 10 toneladas, lo que los hace adecuados para una amplia gama de aplicaciones tanto en entornos industriales como comerciales.
Están disponibles tanto para su uso en instalaciones industriales y plantas, como en hoteles, hospitales y otros tipos de edificaciones.
Flexibilidad: Se pueden fabricar a medida según las necesidades específicas o la producción actual. Esto permite dimensiones tanto reducidas como amplias.
Robustez: Están construidos con materiales resistentes para garantizar su durabilidad y resistencia.
Instalación rápida: Se destacan por su rápida instalación una vez que el espacio o hueco está preparado.
Seguros y confiables: Ofrecen múltiples dispositivos de seguridad, como sistemas de accionamiento y parada que aseguran su confiabilidad. A diferencia de los ascensores, no cuentan con una botonera, sino con pulsadores en cada parada para facilitar el transporte entre pisos.
Comodidad: Facilitan el desplazamiento de mercancías de diverso tipo de un piso a otro.
Manejo sencillo: No se requieren conocimientos especializados ni cursos de homologación para operarlos. Son muy intuitivos y pueden ser utilizados por cualquier usuario.
Gran adaptabilidad: Sirven tanto para transportar cargas pequeñas como cargas especiales de gran peso.
Solución económica: Su principal uso es el transporte de mercancías, lo que significa que no necesitan ciertos elementos que podrían aumentar los costos de instalación y mantenimiento. Además, la normativa vigente para su fabricación e instalación es menos restrictiva en comparación con los ascensores convencionales.