Actualmente las carreteras deben cumplir con estándares de desempeño para conservar los pavimentos en buenas condiciones, tanto de forma superficial como estructuralmente. Las carreteras deben tener una estrategia de conservación rutinaria y periódica que mejore su estado físico y optimice los recursos para su conservación. Para esto se tienen que considerar múltiples acciones de conservación rutinaria, como son: bacheo superficial y profundo, relleno de grietas, renivelaciones aisladas, riegos asfálticos, limpieza de calzada y acotamientos, además de otros trabajos en zonas laterales como limpieza de cunetas, desazolve de alcantarillas, deshierbe, retiro de basura, cercado del derecho de vía, etc. La conservación periódica contempla mantenimiento más fuerte como fresado y reposición de la carpeta asfáltica, microcarpetas, sobrecarpetas, refuerzo con geosintéticos, uso de asfaltos modificados, entre otras. En los casos donde estas conservaciones han fallado o han sido nulas, es necesario plantear acciones de mantenimiento mayor o reconstrucción del pavimento.